Perdido en transito

Hoy finalmente tuvimos que sufrir uno de los tan famosos "embotellamientos" de Penang. Quince minutos detenidos en una esquina, esperando a que los autos se movieran... simplemente esperando ahi. Nadie se volvio loco tocando la bocina, ni nadie parecia desesperado. Todos simplemente se quedaron esperando. Ordenadamente. Cuan diferente a otros lugares...

Bueno, casi todos esperaron ordenadamente... Las motocicletas siguieron tratando de avanzar por cada rincon disponible. Para mi, el conducir un coche en esta ciudad, o en Malasia en general, seria una tortura inimaginable. No solo conducen en el lado opuesto de la ruta (a la Inglesa), si no que tambien tienen que combatir con los moticiclistas que los tratan de adelantar por cualquier costado o angulo posible. Muchas veces en el taxi, de regreso a casa, simplemente cierro los ojos para no ver esta lucha tan desigual, que por raro que parezca, siempre se define en favor del mas debil.

Las motos corren alegres, llenando las carreteras en todo su ancho. Usualmente los conductores llevan puesta una chaqueta al reves, es decir con la parte de atras protegiendo el frente del conductor. Son pequeños vehiculos, muchas veces dirigidos con voluntad suicida por alguna amable ancianita que se cruza cual bolido desde una pista a otra, alcanzando justo a escurrirse entre dos vehiculos y avanzando antes de ser reducida a pulpa por un espacio que se abre solo un instante para volver a cerrarse inmediatamente.

Las calles siguen llenas de autos. De repente nos volvemos a mover. La gente empieza a avanzar rapidamente. Pronto el grupo se ha dispersado por los diferentes rutas de la carretera. El sol me hace sudar, a pesar del aire acondicionado. Los campos de deporte de la Universidad se ven frescos e invitantes. Una luz roja. Otro grupo esperando. Sin embargo, no hay apuro. Nunca hay mucho apuro. La vida sigue su propio ritmo, mucho mas lento que en otras ciudades. Ya pensamos en que comeremos para el almuerzo. Me recuerdo que tengo hambre. Olvide comer algo antes de salir de casa. Quiza nos detengamos a comprar Pao. O quiza solo espere al almuerzo, de modo de disfrutarlo aun mas... "no hay mejor salsa que el hambre" dicen.

Llegamos a la oficina. La calle se ve vacia. Un poco mas abajo, una iguana cruza la calle. Todos nos detenemos a mirarla. Al parecer ya es famosa en la oficina, puesto que quedo atrapada en el baño hace unos meses atras, y tuvieron grandes problemas para expulsarla de ahi. Ella se detiene tambien, y nos mira a la distancia con sus ojillos amarillos... quiza recordando con rencor. Saca la lengua un par de veces, y finalmente aburrida se da vuelta y desaparece calle abajo. Nosotros nos miramos, y lentamente vamos entrando de a uno...

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