Insomne

Son las 5 y media de la mañana y no pude seguir durmiendo. Todo esta a obscuras y en silencio aun. Estoy tendido en el piso escribiendo para espantar las horas hasta que sea tiempo de ir a la oficina. Son esos momentos del dia, justo antes del amanecer, en que la mente tiende a divagar y los recuerdos me inundan como rio que abandona su cauce e cubre impetuoso todo a su paso. Todavia amodorrado, el silencio amplifica cada sonido, haciendolo mas resonante, mas personal. A lo lejos, una cañeria resuena. Alguien mas que tambien se levanta temprano.

Me sucede muchas veces que esta es la mejor hora del dia para mi. Uno de mis placeres secretos es despertar justo antes que amanezca y mirar largamente a quien yace junto a mi, robando sus momentos privados. Acariciar su piel con la punta de los dedos solamente para sentir la tibieza bajo mis yemas. Adivinar, en la semi penumbra, la tranquilidad de quien confiadamente descansa entre mis brazos. Esa deliciosa sensacion de tener y poseer. Posar los labios delicadamente sobre un hombro y escamotear un beso ligero y luego simplemente dejarse caer de vuelta en esos ultimos, sabrosos momentos de sueño antes que llegue la mañana.

En esas horas, la mente parece separarse del cuerpo, y flotar etereamente en un plano superior. Distinguimos detalles pequeños, sin estar completamente concientes de ellos. La luz que se filtra entre las cortinas y se esparce, liquidamente, por entre los muebles. Alguna brisa que se escurre por los rincones. Las formas monstruosas de las sombras proyectadas sobre las paredes. El reloj que marca horas imposiblemente tempranas. La imaginacion se desboca con los extraños ruidos que pueblan una casa dormida. Mi ruido favorito es el sonido de la lluvia cayendo sobre el tejado. Cada gota parece llamarme, suspirando sobre el metal, incitandome a acurrucarme y dejar que la suave modorra me inunde de nuevo…

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